CONVIVENCIA ¿Armonía o conflicto?
En esta nueva realidad tenemos el deber de mantenernos a salvo, tanto nosotros como a todos los que amamos, nuestro hogar resulta ser la guarida segura y definitivamente mientras más a gusto nos sintamos en él, será más probable olvidar por un momento la dura situación que vivimos y disfrutaremos la oportunidad de estar juntos en familia.
Aunque no lo creamos la relación que mantenemos con nuestros vecinos puede ser el día y la noche entre sentirnos a gusto en nuestro vecindario o querer salir corriendo muy lejos de él.
La convivencia definitivamente marca una diferencia en todos los ámbitos en los que cohabitamos, trabajo, estudio, grupo familiar y claramente, condominio. Desde nuestro vecino más cercano, también el que vemos ocasionalmente en el ascensor, hasta ese, con el que tropezamos en la puerta de entrada y hacemos ese incomodo movimiento de no saber quién avanza primero y amablemente él nos dice, siga no más, influyen en nuestra tranquilidad en casa.
El guardia que ya nos conoce, vamos llegando, hacemos un saludamos con la mano y de forma inmediata nos permite el acceso. La señora de mantenimiento, siempre ocupada, asegurándose que todo esté en su lugar, dejando a su paso el aroma a limpieza que nos encanta.
Todos juegan un papel fundamental en nuestro sentir hacia el lugar en el que vivimos, pero qué sucede si tienes un vecino que no toleras, ese que se asoma a la ventana para ver en que andan todos, el que discute en las reuniones de copropietarios sin motivo aparente, ¡qué difícil!
Para fomentar la sana convivencia con tus vecinos, puedo recomendarte lo siguiente:
Empatía: Siempre colócate en el lugar del otro. Como seres humanos vivimos realidades que algunos no conocen, quizás una vida difícil, problemas de salud, luchar con un hogar disfuncional, ingresos insuficientes para cubrir necesidades y pare de contar. Ante un problema con algún vecino, permanecer en estado de empatía te ayudará a no llenarte de malas energías, la rabia, el mal humor, enferma, no te lo permitas, respira profundo y desea en tu corazón que resuelva cualquiera que sea su situación, tu sigue adelante.
Altruismo: Nunca está de más un gesto amable con nuestro vecino. Si vez que está cargado de cosas, ayúdale a llevar o ábrele la puerta para facilitar su paso. Si es una persona mayor, ofrécele apoyo si necesita salir a comprar algo, medicación o alimentos. Este tipo de acciones promueve la cordialidad recíproca.
Escoge el Momento Adecuado: Aplica para varios ámbitos, generalmente escogemos un lugar como nuestro hogar en parte por la tranquilidad que nos ofrece. Escuchar música en alto volumen, martillar la pared, construcciones, son actividades que pueden perturbar la paz del vecino, para realizarlas escoge siempre un horario que no afecte el descanso de tu vecino.
Y lo más importante, si algo te molesta es preferible tomar un respiro, calmarse y posteriormente tocar el tema con tu vecino. No reacciones en un momento de ira, puede fracturarse definitivamente la relación y no quieres convivir en un ambiente de tensión.
Definitivamente garantizar la buena convivencia es trabajo de todos, pero tu granito de arena es un gran paso para lograrla.
Para finalizar quisiera dejarte la siguiente interrogante a manera de reflexión,
¿Te consideras un buen vecino?